NO PODÍA PASARME ESTO A MI, 4

NO PODÍA PASARME ESTO A MÍ (Borrador)
4
Entramos en un disco-pub. Oscuro grande, profundo y con dos barras a cada lado y sendos podiums en mitad.
-Tómate otra de estas -me puso otra pastilla en la boca.
Sacamos unos cubatas 
-Oye, ¿No te conocerá mucha gente por aquí? -dije.
-No pasa nada. Nunca vengo por aquí.
-Lo que tú digas -. Pero pensé que me ganaba una paliza antes de acabar la noche.
No habíamos cenado. No recordaba la comida ni el hambre.
Sacamos otros cubatas, qué sed.
Ya se distorsionaban algunas caras.
-Vamos al baño -tiró de mí hacia los aseos. 
El suelo estaba pegajoso y las papelinas estaban vacías por el suelo. 
Entró al baño de mujeres.
-Espera -Me dijo.
A mí todo me hacía gracia. Me sentía poderoso.  Notaba mis músculos vibrando.
Salieron dos chicas del aseo. Sofía me hizo pasar, abrió una puerta y entramos. Cerró el pestillo.
-Quitate la chaqueta ya, escritor.
Llevaba el pelo corto, a lo chico.

Salimos. Todo daba vueltas.
Fuimos a por más cubatas y nos quedamos en la pista. Sonaba música llamaban Remember.
Ni rastro de Jesús y de los otros. Pensé que se habrían ido al Bacalao, pero ya no me importaba tanto.
Miraba su cuello, la oli varias veces. Me encanta hacerlo con suavidad.
Bailamos horas, unas tres; yendo y viniendo a por cubatas.

-Vamos a la barra, no puedo más -le dije.
Asintió tragando un pedacito de hielo.
Nos sentamos en un par de banquetas. Le toqué el reloj. Tenía una muñeca súper delgada.
-¿Qué pasa?¿Estás de bajón?
-Te quiero -le dije-.
-Déjalo.
-Hostia, lo siento, pero es verdad.
-Estás colocado -dijo besándome la frente- Eres un drogata más. Sales con gente, le metes cuernos, sólo existen los fines de semana, escribes..., eres muy mono.
-Me gustas un huevo, me la estoy jugando por aquí, con el simio de tu novio y sus amigos cerca, porque, ¿sabes que son unos orangutanes, no?
-Si, y tú perfecto, claaaaaro..., calla y escucha la música y la noche. Hoy es hoy. Escribe eso un día.

Sonaba Shut Up. Las luces, las siluetas de la gente en movimiento. Miré hacia ellos, decepcionado.
Me giró la cabeza hacia ella, jo.
-A mí también me gustas, pero algo no funciona dentro de ti, lo noto y no es culpa tuya.
Me sentí fatal, inseguro. No sabía qué decirle.
-Has venido hasta aquí. Nos hemos visto varias veces, si, pero no puede ser -me sonreía. Yo la miraba, los cristales se iban a romper.
-Estoy aquí. Me gustas, ¿Es algo malo o es que no soy bastante comparado a cualquier mierda?
-Nadie es una mierda, no te pongas borde.
Encendió un cigarro, me ofreció otro.
-Tio, nos conocimos en Xeraco y parecía que no querías nada más que hablar de lo que escribíamos y eso. Ahora dices que estás colgado de mí.
-Es que me has dejado flipado.
-Mira, ya sabes que mis padres están separados. Me voy a ir de este pueblo en el que estamos de paso.
-Ya me contaste eso -dije-, lo sé, pero podemos vernos dónde vayas.
-Tio, tío, tío, ¡No te flipes! Me voy fuera y tú sabías que esto no podía ser. Quiero estudiar literatura y ser muy buena. Mi vida es escribir.
-Y la mía.

"Shut up and sleep with me
Come on, aha and sleep with me, 
shut up...
I love your body
Not so much I like your mind
In fact you're boring."

Salimos afuera del local. Buscamos una calle cercana y nos metimos en el portal de una finca. La abracé. No entiendo aún hoy porque se retraía tanto a mí abrazo, si yo nunca fui un baboso. Aun hoy no lo he podido comprender. Nos besamos, se acababa el mundo.
-No saldrás de tu Ribera, escritor, estás cómodo allí. Te va a costar pirartela.  Yo sé que eres diferente pero vas a disimular toda la vida que no lo eres. 

Hacía un frío que aquí en Valencia llamamos "frescoreta", fresquito. 
No me dejó acompañarla a casa, imaginé que iría sola. Me besó en la esquina y me dijo que condujese con cuidado.
A mí no sé si se me había pasado el colocón. Lo cierto es que nunca me pasa, pero volví llorando mientras iba amaneciendo y conducía el Alfa hasta mi casa.

Nunca me cogió ninguna llamada de teléfono. Un día contestó su padre y me dijo que estudiaba en Londres y que vivía allí con su madre.
-¿Quién eres tú, chaval? -preguntó el hombre.
-Nadie -le dije. Y colgué.

Años después al verla en los medios de comunicación me llamó la atención y compré uno de sus libros en inglés. 
Era una novela traducida a un montón de idiomas, oscura y underground. Narraba en una de sus perfectas tramas una historia parecida, aunque en tercera persona. 
Fíjate tú, yo..., qué manera de perder.

Ángel J García ©®2023.
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